martes, 22 de noviembre de 2011

Poesías para el día de las Madres


Himno a las Madres
Letra: L. De B. Pentanes
Música: Alcides Prado Q.
Madre mía tu nombre bendito
es un canto de gloria en mi voz;
es poema que en mi alma va escrito
por la mano divina de Dios.
Resplandezca tu ser adorado
en su dulce santuario, el hogar,
donde el culto de amor acendrado
de tus hijos te erige un altar.
Celestial devoción, madre mía,
es la que hoy de mi pecho feliz
lleva al tuyo la fresca alegría
de los lirios que enjoyan mi abril.
Madre bella, perduren los lazos
que me ligan a ti, con fervor;
y me ofrecen un nido en tus brazos
y en tus ojos un cielo de amor.
Vámonos al Campo Madre
Letra: María O. De Obaldía
Música: Gonzalo Brenes.
Vámonos al campo, madre,
donde la brisa es más fresca,
son tuyas todas las flores
y las frutas de la huerta.
Vámonos al campo madre!
A bañarnos en los ríos
limpios, claros, bullangueros,
con sus piedras y sus lajas
y sus árboles serenos
Vámonos al campo madre!
El caballo manso y ágil
y los perros nos aguardan,
para correr por los llanos
en pos de perros y vacas.
Vámonos a al campo madre!
En el campo todo ríe;
el cielo, la luz, el aire,
los pajaritos los niños
y hasta las personas grandes.
Vámonos al campo madre .

A las Madres
Autor: Juan Pablo Navarro
Ayer
Cuando el hombre y la mujer
vinieron a la tierra
por esporas asexuadas,
por los dioses hindostanes,
por los dioses de los Mayas,
por los dioses de los Incas
o por el Dios de Israel,
la mujer se convirtió
en el guardián
indiscutido y bondadoso
de toda la humanidad.
Cuando el hombre y la mujer
y sus infantes
eran sorprendidos en los árboles
(una de sus primeras moradas)
por las fieras hambrientas de la selva
el hombre, libidinoso y arrogante,
estulto y engreído
huía, huía sin importarle
la vida de sus hembras
ni la vida de sus hijos.
Y allí quedaban las madres
salvando a sus niños
o muriendo con ellos.
Cuando el hombre baja de los árboles
y se adueña de las cuevas de la tierra,
cuando labra la piedra y el bronce
cuando construye armas para la caza
y para matarse
contemplamos a la mujer
sonriente y cariñosa
aplaudiendo el hombre en sus victorias
o dulcificando sus horas de amargura
cuando las armas les adversa;
vemos a la mujer
eternamente sumisa
pero, más que todo, primorosamente
enamorada del fruto de sus entrañas.

Cuando el hombre avanza en los hitos
del tiempo y de la historia,
cuando el hombre domina
las artes y la ciencia,
cuando el hombre se autodetermina sabio
vemos ala mujer rezagada
porque a ella no le importan
aquellos adelantos
como tener la certeza del Bienestar
permanente de sus hijos.
Y aún en este siglo de imponderables adelantos
cuando el hombre ha dividido el átomo,
cuando construye armas capaces de destruir la humanidad
contemplamos en los juzgados
infinitas demandas para que los padres
le den el pan a sus hijos.
Aún vemos al hombre negando
la paternidad de sus criaturas,
y a las madres derramando lágrimas
sobre la inocencia sonriente de sus niños.
Algunos sostienen que hay mujeres malas
por el solo hecho de hacer, por necesidad
o por llevar el pan a sus hijos,
lo que hace el hombre, por vagancia,
por placer y por maldad.
Pero no es cierto. No hay mujeres malas.
Todas las madres del mundo
forman un dechado sacrosanto de amor
y de virtudes infinitas.
Cuando el alba empurpura los jardines
del corazón, en este día maravilloso,
que una fragancia inmarcesible
corone los pétalos del alma
de todas las madres del mundo.
Yo perdí a mi madre, muchos años atrás;
pero cuando a vosotras hablo,
cuando a vosotras miro,
pienso que allí está mi madre.
Y cuando vosotras me habláis
me parece que es mi madre quien lo hace.
Hoy he venido a saludaros
Con toda la suavidad de mi alma.
Mamá
Autor: Críspulo Ruiz Cajar
(el dolor donde nace la sonrisa)
Tu dolor,
fue mi luz el primer día
y en respuesta, mi llanto
floreció en tu sonrisa.


Después
cuando mis ojos se mojaban
con dolores auroras
en la infancia
volvía a acurrucarme
y a buscar tus latidos
desde afuera,
los que de adentro, un día fueron míos.
Y encontraba la paz de tus caricias
y me alumbraba el sol de tu sonrisa.
Y crecí,
con el ritmo implacable de la vida.
Y hubo un tiempo
la ambigua autonomía
en que curioso sólo de mirarme
y amarme,
me olvidé de mirarte
y hasta, quizás, de amarte.
Y al descubrir de nuevo
tu rostro ya surcado de días,
el húmedo brillar de tus pupilas
me contó que sufrías.
Y me dolió
Como me duele un pájaro caído
Y una roca partida por el frío.
Quise buscar palabras de consuelo
y, finalmente,
me quedé en silencio,
mirándote...
porque otra vez había tu sonrisa
en misteriosa alquimia
transformando tu pena en alegría
y tu debilidad en fortaleza.


Me habías perseguido
por los caminos de mi indiferencia
y ahora, al reencontrarme
tus dolores estaban más arriba
como nubes cubriendo mi indigencia.
Y así tu corazón fue en mis poemas
la mágica probeta
que suaviza la pena en la alegría
que destila la lágrima en sonrisa.

Porque el amor que vive de la entrega
como el tuyo,
y renuncia a exigencias,
es capaz de cambiar, como el de Cristo,
la noche de la cruz en sol de pascua
y sembrar en el viernes, el domingo.

Madre Campesina





La he visto amanecer en los manglares
en busca de las conchas enlutadas;
también por las sabanas calcinadas
segando arroz, con golpes regulares.


La vi encorvarse bajo las brazadas
de leña seca, allende los palmares;
la vi trazar los signos seculares
con manos fuertes, por el sol doradas.

La vi peinar la negra cabellera
del hijo triste que el destino afina
para el rudo camino que le espera.

Duro es el pan don el dolor domina:
tan sólo es fresco y claro en la pradera
el amor de la madre campesina...
~ Matilde Real de González (Panamá, 1926)~


lunes, 21 de noviembre de 2011

Día del Maestro

OFRENDA AL MAESTRO

Maestro ,es para ti este pequeño obsequio,
lo traigo desde el fondo de mi alma
repleto de cariño y de respeto.


Encierro en él lo que no lleva el viento,
pues con llaves de oro he guardado para ti
un minúsculo tesoro: el más puro sentimiento
y una palabra que extenderse quiere
para llevarte mi agradecimiento.

Recuerdo tus primeras enseñanzas:
toma el lápiz ,prosigue ,me alentaste
y borraste con paciencia la ignorancia
contra la cual sufriste y luchaste.

Quiero que sepas que aunque un día deje
el aula que cobija hoy mi infancia,
no olvidaré lo que sembraste en ella
y al recordarte allí, junto a tus niños,
caerá de mis ojos una lágrima
inundada de luz y de cariño.

Tiembla hoy mi voz ,porque se siente humilde
para poder decirte una poesía,
siento que es poco todo lo que expreso,
¡no alcanzan las palabras todavía!
y entonces ¡oh maestro, que guías con tu luz el paso nuevo,
te dejo en esta estrofa tan sencilla, lo indecible,
lo mucho que te debo!


Por Elsa Edith Tébere. Poetisa Argentina.




A MI MAESTRA

Blanda tiza,
cargada espiga
que hacia mí se inclina
sembrando sus sueños
hechos semillas.
Buceadora de mi mar,
caminante mía
infatigable.

Mágico duende
que me atrae
hacia los mundos abiertos
en el pizarrón y el mapa,
la voz y la imagen.

tibio sol orientador,
firme timón que me lleva.

Habrá un día
en que serás el recuerdo
de mi infancia
y estarás allí,
como hoy,
mirándome,guiándome...


Y yo desearé abrazarme a tu delantal
para sentirme niña.

Por Elsa Edith Tébere. Poetisa Argentina.

MAESTRA AMIGA

Un despertar distinto, aquella mañana fría
tu rostro ante nosotros se mostró
como aquella rebosante flor
que luego de la lluvia, cayó.



Tu triste mirada se escondió
en el fondo de aquel pizarrón
pero tu corazón no pudo más
y de tus ojos una lágrima brotó.



De aquella inocente niña entonces
un regalo recibiste
y su insólita carta leías
mientras ella con inocencia te veía.



En tu rostro una sonrisa
entonces se dibujó
y aquella paloma blanca
dentro de tu corazón voló.



Los números en recuerdos se habían convertido
aquella materia una nueva historia llegó a ser
y en aquella solitaria aula
dos nuevas amigas se empezaban a conocer.



Tus enseñanzas fueron muchas
pero más lo fueron los bellos recuerdos
y aquella niña a la que un día regañaste
a Dios agradeció por haber encontrado
una maestra así como tú....



PENSAMIENTOS PARA EL MAESTRO


Maestro tu sabiduría lo es todo
tu bondad es infinita
la enseñanza es a tu modo
y de seguro es muy bonita.



Tu enseñas al ignorante
al que te pide enseñanza
aunque sea algún vagante
que tiene alguna esperanza.



Tu no haces diferencia
entre el rico y el pobre
tu quieres darle la herencia
de que escriba su nombre.



Tu que nos enseñaste
que nos diste tu amistad
tu que nos respetaste
con una gran igualdad.



Hoy que por fin terminamos
lo tenemos que dejar
nos vamos con una herida
no lo vamos a olvidar.



Lo llegamos a querer
como a un segundo padre
usted nos vio crecer
y fue algo inolvidable.




PETICIÓN AL MAESTRO


Señor: Concédeme la gracia
de brillar cual lucero,
que ilumine las tinieblas
y disipe el mal consejo.



Que mis alumnos me vean
sin temor y sin recelo,
Que abra camino siempre
hacia el bien y el cumplimiento.



Que si hay pena, duda o llanto;
permite llevarle amparo,
y que me recuerden siempre
a través de los años.




viernes, 18 de noviembre de 2011

A mi Madre


A mi Madre
Zacarías Palacios


Era una figura santa.
Era hecha de cristal:
frágil como violeta y que guardaba un rosal,
cuajado de flores blancas.


Es una imagen sagrada que adorna mi corazón,
y florece mi emoción.
Era un botón de mujer.


Violeta de vergel,
sembraba el hogar de rosas.
Cual heroína ardorosa
esparció a todos su fe
y nos enseñó a creer.


Esta es mi madre bendita
a quien ofrezco caricias
y este sencillo cantar.


Nunca la podré olvidar
Porque me enseñó a aprender,
porque me enseñó a querer,
porque me enseñó a rezar
y también me enseñó a amar
fue frágil como un cristal,
y fuerte como un coral.

Mamá

Mamá, la mejor palabra


Puedo decir que mamá es la mejor palabra
porque no solo se la digo a la persona
que me dio la vida, sino aquella que diola vida por mí, que en las noches de desvelosiempre hubo luz para mí.Es la mejor palabra que sale de mi vozcuando no salió algo que yo esperabasolo pido que nunca borren de mi memoriaesa palabra que nunca ..

    MI VIDA DE MAMÁ...





























Querido bebé:

Me resulta muy difícil hablar de mi vida, de mis pensamientos... sin un referente "infantil" en mis comentarios.

Alguien dice que cuando nace un niño nace una mamá... y parece que va en serio. Yo ya no soy solo Yo...

Ahora me cuido más porque sé que tengo que cuidarte.

Ahora no me permito comerme demasiado la cabeza porque necesito tenerla clara para cuando me necesites.

Ahora hay días en los que no me levantaría, pero, sea la hora que sea, acudo corriendo a tu llamada...

...y es que ser mamá es una pasada... pero es un cambio tan grande que ya no sé poner el límite entre mi vida y mi vida de mamá... supongo que será porque mi vida ya no es más mi vida... ahora vivo una vida de mamá... y me encanta compartirla contigo  quiero olvidar

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Poesías Patrióticas

Mi Patria Hersilia Ramos de Argote

Mi patria es un istmo con rumor de mares,
con cielos azules, con fúlgido sol,
y ondula en los vientos, en rítmicos giros,
la linda bandera, pendón tricolor,
con su azul de cielo, su blanco sublime,
su rojo encendido en llamas de amor,
y sus dos estrellas brillantes y diáfanas
que alumbran senderos de liberación.

Mi patria es un istmo, puente entre dos mares

Mi Bandera
José Guillermo Batalla

Ondea con gallardía
Bandera de mis amores,
que en el espacio hay rumores
de patriótica alegría.

Flote en la extensión vacía
bañada de áureos fulgores,
de tus hermosos colores
la elocuente trilogía:

El rojo, tinta suprema
con que se escribe el poema
mejor de la Libertad;
el azul que te dio el Cielo,
y el blanco, que un anhelo
de toda la humanidad.
Su Alteza Mi Bandera
Fernando J. Huc B.

Como en los cuentos de hadas,
rumbo sur de mi imaginación
una princesa buscaba,
un paraíso de pura ilusión.

Busco en tierras lejanas
y en extraños sitios de oriente
seria su búsqueda vana
del algún reino inexistente?

De pronto su espléndido coche
detuvo su rauda carrera
cuando vio en la cordillera
la que de América es broche.

viose un verdor de praderas,
de cielos azules, igual que sus mares,
que banaban su par de caderas
tal cual el progreso bordeaba sus lares.

Era mi patria querida,
la que la princesa hallo,
y cual madre adolorida,
lloraba, de tan lejos que estoy yo.

Pero al ver bien a su alteza,
en sus ojos vi un fulgor,
y del Don de su realeza
fue surgiendo un tricolor.

En bandera panameña,
se convirtió la princesa
y entre mágica belleza,
Flameaba sin par, la istmeña.

De este raro sortilegio
mi nostalgia forma parte,
pero, logre el privilegio
de en mis sueños contemplarte.

Que bella estaba mi enseña,
en la cumbre del Ancón,
allí flamearas istmeña,
allá, y en mi corazón.

Bandera Mía
Enrique Geenzier

Blanca, roja y azul, con dos estrellas,
es la bandera que mi patria un día
recibió, rebosante de alegría,
de manos de maltronas y doncellas.

Podrá haber más gloriosas y más bellas,
más llenas de esplendor y bizarría,
pero ninguna existe, cual la mía,
tan limpia de pesares y querellas.

Es por eso, quizás, que sin temores
de una agresión extraña, sus colores
contemplo siempre con fervor profundo!
Saludo a la Bandera
Marco Tulio Collazo

Bandera de mi Patria que luces en tu escudo
Lo hermoso de los mares que bañan mi país!
Al verte, con orgullo me inclino y te saludo
Bajo tu sombra augusta sintiéndome feliz.

Juro por ti ser bueno, sincero y respetuoso;
Juro por ti mi nombre sin mancha conservar;
Ser culto en mis maneras, ser noble y generoso
Y en el trabajo honrado mi porvenir buscar.

Prometo que mis labios jamás han de mancharse
Con la mentira odiosa, con el grosero hablar;
Y que jamás mi mano habrá de levantarse
Para ninguna clase de seres maltratar.
Y juro amarte mucho, cual amo a mis mayores;
Morir por defenderte, si fuere menester;
Gozar con tus victorias, sufrir con tus dolores;
De bien un hombre, en suma, por ti prometo ser.
Nota: Esta poesía tiene música
3 de Noviembre
Nicole Garay

Tres de Noviembre!
Fecha querida
en que a la vida
libre nació
un pueblo altivo
aunque pequeño,
de todo istmeño
gloria y amor.
Tres de Noviembre
yo te saludo.
En el escudo
del pabellón
que bajo el cielo
tremola el viento
vibra un acento
de redención.
Tres de Noviembre,
dichoso día
que al alma mía
júbilo das,
tú eres la gloria
de los hogares
do tiene altares
¡la libertad

Patria, Ricardo Mirò

Patria, por Ricardo Miró
¡Oh patria tan pequeña, tendida sobre un istmo
donde es más claro el cielo y es más vibrante el sol, (1)
en mí resuena toda tu música, lo mismo
que el mar en la pequeña celda del caracol!
Revuelvo la mirada y a veces siento espanto
cuando no veo el camino que a ti me ha de tornar...
¡Quizá nunca supiese que te quería tanto,
si el Hado no dispone que atravesara el mar!...
La patria es el recuerdo... Pedazos de la vida
envueltos en jirones de amor o de dolor;
la palma rumorosa, la música sabida,
el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor.
La patria son los viejos senderos retorcidos
que el pie, desde la infancia, sin tregua recorrió,
en donde son los árboles antiguos conocidos
que al alma le conversan de un tiempo que pasó. (2)
En vez de estas soberbias torres con áurea flecha,
en donde un sol cansado se viene a desmayar,
dejadme el viejo tronco donde escribí una fecha,
donde he robado un beso, donde aprendí a soñar.
¡Oh mis vetustas torres, queridas y lejanas,
yo siento las nostalgias de vuestro repicar!
He visto muchas torres, oí muchas campanas,
pero ninguna supo, ¡torres mías lejanas!,
cantar como vosotras, cantar y sollozar.
La patria es el recuerdo... Pedazos de la vida
envueltos en jirones de amor o de dolor;
la palma rumorosa, la música sabida,
el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor.
¡Oh patria tan pequeña que cabes toda entera
debajo de la sombra de nuestro pabellón:
quizás fuiste tan chica para que yo pudiera
llevarte por doquiera dentro del corazón! (3)


Barcelona, 1909
Publicado en la Revista
Nuevos Ritos, Nº 50, 1º de septiembre de 1909.

Versión original aparecida en 1909
(1) Donde es el mar más verde y es más vibrante el Sol,
(2) que al paso nos conversan de un tiempo que pasó.
(3) llevarte toda entera dentro del corazón!

La versión que aquí publicamos incluye las correcciones
introducidas en 1915.

Símbolos patrios