Me arrullas en tu seno
Aunque vicie tu oxígeno, extenúe tu ozono,
Y
emponzoñe la piel de tus cielos
Tu Amor incondicional me
bendice
Aunque diluya tus hielos milenarios,
Intoxique tus costas, tus
cauces,
Arrase tus torrentes, tus corales
Madre de la anguila, la
hormiga,
El toro, la ballena, el plancton, la bacteria
Madre de todos mis
hermanos, mis hermanas
¿En qué momento erré la vía y me perdí?
¿En qué
instante blandí mis armas
Para inflingirte tanto feroz holocausto,
Tanto
rapaz genocidio?
A diario, Madre –y sin saber por qué-
Reprimo el
canto del canario, ahogo el trinar del tordo,
Extermino tanta Vida
irremplazable
Y atesto con urbes las selvas ausentes
Madre de todas
las madres,
Madre mía, Madre azul, Madre Tierra,
Concédeme tu lucidez,
confiéreme tu sobriedad
Dótame con tu armonía, tu equilibrio
Devuélvele la
Paz a tu Hijo, a tu Hija
Que hoy te ama con locura
Pero anhela amarte con
candor, templanza,
Gratitud, inteligencia.
Redímeme, Madre de todos
los seres,
Auxíliame con tu sabiduría antiquísima,
Tu intuición sagrada,
ancestral; tu perdón perfecto, natural;
¡Que mi conciencia y la Tuya
Sean
siempre un mismo, indivisible caudal!
Oh, Madre mía; oh, Madre Tierra
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